viernes, 8 de junio de 2007

1ª Alonsada

Y las gestiones cuajaron, llegó el día 25 de Marzo de 2006, y aunque el tiempo no parecía que fuera a ser benévolo con la reunión familiar, el día acompañó.

Sabíamos que nos íbamos a juntar unos cuantos, con un número no determinado, pero todo era una gran incógnita.

La gran mesa bajo la parra estaba preparada (incluyendo algún parapeto para el viento), el fuego de la barbacoa encendido y mucho pinche alrededor, quedaba claro que más por la conversación, el picoteo y la bebida que por el hecho de ayudar a su mantenimiento.



La rama anfitriona se junto pronto y esperó la llegada del resto de la familia, se preparó un pequeño cartel en la puerta para indicar donde era la fiesta.



Y de repente, empezaron a llegar coches y personas, presentaciones por todos los lados, besos , abrazos, intentos por ubicarnos y saber de quienes eramos cada uno.

En la parte de atrás de la parcela se fueron acumulando los coches, los nietos de Juan y Flora fueron los que empezaron rápidamente a imbuirse en esa fiesta familiar, y los más jóvenes nos manteníamos un poquito más al margen.
Por momentos el ambiente se volvía más y más festivo, y aunque algunos familiares no acudieron en una primera convocatoria, rápidamente los teléfonos móviles propagaron la noticia de que no era sólo una reunión de "mayores", sino que la gente joven de la familia también teníamos un hueco.

Eso provocó que hubiera una segunda oleada, y que finalmente pudiéramos congregarnos hasta 72 personas, y dos perros.

Entre todos dimos buena cuenta de la mucha comida preparada, gracias a diferentes aportaciones y al trabajo de los fogoneros de la barbacoa.



Para conocernos un poco más, preparamos un árbol genealógico de Juan y Flora (y la polémica de si Rumalda debía o no aparecer en él). Y fuimos marcando en el árbol a los asistentes.





Como gran sorpresa, después de comer se presento la matriarca Felisa, que aunque lamentablemente no pudo disfrutar con mayor intensidad de la reunión familiar, siempre disfruta viendo a todo el mundo feliz a su alrededor.



Y de repente ..... llegó el vicio, rápidamente se improvisó un gran campeonato de mus, con varias partidas simultáneas, piques y muy buen rollo. Quien no quiso jugar, se fue a dar un paseo por la zona, a ver los caballos de los picaderos cercanos o simplemente se quedaron hablando y poniéndose al día de todo.



Tuvimos tiempo de todo, de escuchar un bello poema sobre la reunión familiar que Manoli preparó para la ocasión, hacer unas fotos generacionales de los presentes y de disfrutar muchísimo.














Al final de la tarde, y tras acordar el repetir la reunión el día 2 de Junio de 2007, algunos asistentes fueron disponiéndose y marchándose, mientras unos cuantos de nosotros tuvimos aún más tiempo para seguir la reunión (incluyendo una cena) y rememorar otros tiempos.

Fue un día muy largo, y al final del cuál no nos quedó más remedio que afirmar que había sido un gran día y que eso se repetiría año tras año.

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