
El cielo mostraba una inestabilidad que daba miedo, llena de nubarrones, pero que recibió a los anfitriones y a los más madrugadores con algún que otro claro. Se iban ultimando todos los detalles mientras la familia iba llegando.

Como otros años, un intento de árbol genealógico se "tendió" literalmente, cual si se tratara de ropa. Al final con insistencia nos iremos conociendo todos y además sabremos de que rama procedemos. Para ayudar, nos fuimos etiquetando el nombre con un color para cada rama.

Al abrigo de la "jaima" íbamos saludándonos, poniéndonos al día con nuestras vidas, conociendo las novedades, y como por arte de magia empezaban a aparecer los primeros entrantes en las mesas. Que sería de esta reunión sin comida y bebida abundante.

Como se prometía, la lluvia hizo acto de presencia, aunque al amparo de nuestra protección no fue un impedimento para nuestras actividades recreativas. Todo el mundo tuvo su momento de vaciado de las bolsas de agua creadas.

Ya al mediodía, la mesa estaba totalmente ocupada por la comida y la bebida, y fuimos rodeándola para dar cuenta de las especialidades que cada uno aportó.
Cuanta tarta junta, y como quedar mal sin probarlas todas, fue un mal día para dejar de ser goloso.

Aunque no ha sido el año que más asistencia ha habido, y debido a que el parking interior tuvo que ser clausurado por riesgo al agua, el camino sirvió de aparcamiento controlado.
Y ya una vez llenados los estómagos, y entre chaparrón y chaparrón, nos dedicamos a todo tipo de actividades:
- Tranquilas: con las tertulias de sobremesa, en ocasiones parecieron palmeros/as para las folclóricas.
- Deportivas: los más jóvenes empezaron a jugar al fútbol. Juan Carlos se dedico tanto a la pelota, como a mojar a la gente.
- Lúdicas: es decir, jugar a las mamas dando de comer a quien se dejará, en este caso las más pequeñas dedicaron un rato a las gallinas (que también tuvieron su momento de gloria y para muestra un botón, os recomiendo ver el vídeo añadido).
- Deporte nacional: los viciosos empezaron a darle al mus. (Si, si, Moisés y compañía no faltaron a su pique anual)

- Folclore: las folclóricas comenzaron con el karaoke (os recomiendo ver los vídeos). No se veía un éxito tal de crítica y de público desde "Las Supremas de Móstoles".
Todas estas actividades nos hicieron pasar muy buenos ratos, y poco a poco el día fue dando paso a la noche, momento en el cuál empezaron algunas de las despedidas, prometiéndonos que el próximo año volveríamos a vernos en el mismo sitio.
Pero, la Alonsada no acaba con la oscuridad, después de tanta actividad era el momento de intentar acabar con la comida que había salido ilesa en nuestras primeras escaramuzas.
Doy fe de que nos batimos el cobre, acabamos con toda tortilla de patata, empanada y tarta que se puso en nuestro camino.
Y ya con el estomago saciado "de nuevo", seguimos con nuestras charlas, con el fútbol y nuestra alegría.


Y la reunión acabó cerca de las 12 de la noche, cuando los últimos familiares decidieron dar con pena por acabada la 4ª Alonsada.
Y como ya era día 24 de Mayo, pensando en que ya quedaba menos para la siguiente reunión.


